Este post tiene espoilers de la segunda de Fargo. No tiene espoilers de El Equipo A ni del Coche Fantástico, más que nada porque no sabría como hacerlos en unas series tan así… Pero bueno, avisados estáis.
La segunda temporada de Fargo ha retratado de manera sutil (muy sutil) pero enormemente acertada la filosofía de lo que fueron los 80 en Estados Unidos. El hecho de que esta temporada se centrara en el periodo en el que el Fenómeno Reagan empezaba a verse como el “salvador” de América, y ese aroma de Western tan reiterado es una metáfora de la narrativa sobre la que se reconstruyeron los Estados Unidos de los años 80. Esa imagen que tenemos tan asociada a las hombreras, las sombras de ojos, los calentadores y la música de sintetizador se completa (a la perfección) con series como El Equipo A o El Coche Fantástico, mucho menos inocentes de lo que pensamos. ¿Qué tiene que ver Reagan y el Western con Michael Knight y John Hannibal Smith?
La Auténtica América y la grandeza de los Americanos.
Cuando Ronald Reagan ganó las elecciones en Estados Unidos las cosas estaban un poco despendoladas. Después de la enorme crisis de 1973, en la que 30 años de prosperidad económica y política habían salido volando por los aires, la situación social había experimentado un enorme cambio. Después de unos años en los que la izquierda tradicional (y la derecha más o menos tradicional) intentaron gestionar los problemas económicos con más inversión pública, resulta que todo había salido mal. Ni los obreros encontraban trabajo, ni los impuestos bajaban, ni la gente ingresaba tanto como para que los impuestos fueran algo menos molesto. De esta manera, sorprendentemente, a finales de los 70, y tras comprobar la utilidad de las teorías económicas liberales más locas en el Chile de Pinochet, los que se rebelaron fueron los ricos. En un momento dado los ricos (o mejor dicho, los que no eran pobres) en EEUU y en Reino Unido dijeron que para lo que servían los impuestos y para lo que hacía el gobierno, mejor se quedaban la pasta.
Tras la victoria de Margaret Thatcher en Reino Unido, en Estados Unidos un presidente con mucho prestigio internacional (Carter) pero con unos resultados domésticos más bien reprobados, se enfrentaba a un actor (bastante regulero) que había sido una de las caras visibles de dicha rebelión. Este evento consistía en que básicamente la gente (con pasta) de algunos condados de California dijeron que pasaban de pagar impuestos y renunciaban a los servicios públicos. Tras esta visión, que en Europa podría verse como tacañería carca, existe una profunda filosofía americana. Pensemos que Estados Unidos es un país no solo construido sobre el protestantismo determinista y del emprendimiento, la conquista del territorio (de una parte muy importante de él) se hizo no por el Estado y el Ejército, sino por particulares (básicamente Colonos, que se quedaban con Parcelas). La reflexión es bastante clara: América es un país que se hizo grande por la ambición y el sacrificio del individuo y no de las instituciones, por ello, lo mejor para recuperar el buen camino es volver al individuo. Eeste comodín filosófico es el que utilizó Reagan para casi todo en su política (el tipo era bastante cuñado y podría arreglar casi toda su política utilizando el término cojones para todo, incluso con los soviéticos y su “No tenéis cojones a hacer naves espaciales”, pero eso es otra historia). Y esta es la base de lo que le dice en Fargo a Soverson:
Reagan: Son, there’s not a challenge on god’s Earth that can’t be overcome by an American. I truly believe that.
(Hijo, no hay desafío en el mundo que no pueda superar un americano. Realmente lo creo)
Y esto no es tanto fruto de un idiota como de una persona que cree que la tierra es de Dios, que nacer en un país imprime carácter y que los problemas los puede (y debe) resolver el individuo. Algo que podemos ver a lo largo de toda la temporada de Fargo desde el clan Gerhardt, a Mike Milligan pasando por el matriomonio Blumquist (especialmente Peggi)
Puede que fuera una ironía del destino, pero que la mayor parte de la filmografía de Reagan estuviera ligada con el western es una imagen perfecta de la América que buscaba. Un país de iniciativa individual en la que la gente tuviera incentivos para desarrollar su ambición y premiara el éxito (que es, por ejemplo la obsesión tanto de Milligan como de Peggy como ejemplos a niveles diferenciados). En esa América no hay respuestas del Estado, es el individuo quien tiene que arreglarse los problemas.
Reaganismo a la hora de la merienda.
¿Qué tiene que ver eso con El Equipo A y el Coche Fantástico? Partamos de lo fundamental: cuando hay un Estado este se guarda tres competencias, la Moneda, la Justicia y la Defensa. Quitando la Moneda, la Justicia y la Defensa son elementos muy tocados en las series que despachábamos las tardes de verano.

Una Fundación para evitar los delitos… ¿Cómo no se le ocurrió a Esperanza Aguirre?. Fte. Series Inolvidables de TV
Vayamos a Michael Knight: un tipo que trabaja para una fundación que promueve la Ley y el Orden… No es que parezca que la Policía (que es quien se encarga de esto) pueda hacer su trabajo muy bien. Es decir, normalmente tienen buena intención (a veces impiden a Michael acabar con los malos, si es que no son corruptos), pero desde luego no tienen ni los medios, ni la eficacia, ni la resolución de enfrentarse al mal. Es una fundación, con más medios, personal más preparado y sin los límites judiciales (apoyados por la tecnología) quien resuleve los problemas de la gente y entrega a los malos a la policía. Además, el sector privado innova mejor y tiene coches que hablan, que es algo que nunca tendrá la policía.Esto se podría llamar privatización, pero hay que decir, en nuestra defensa, que yo con 8 años no sabía lo que era. Hay que decir que a mi me gustaba más El Trueno Azul, que si que eran policías, pero creo que era más porque era un helicóptero.
Pero los campeones de todo esto son los de El Equipo A. La serie protagonizada (supongo) por Ana Obregón, es el retrato más loco y directo de cómo la seguridad es para quien se la pague. Pongámonos en antecedentes: el ejército de los Estados Unidos (público) acusa injustamente a sus mejores hombres de un crimen que no habían cometido. Como en el ejército (que son funcionarios) son tontos, los del Equipo A se fugan y entonces montan una empresa de consultoría mercenarios. Sin embargo, en lugar de ser mercenarios de los que se van donde hay más jornadas facturables (la Guerra), se quedan de trabajo Pro Bono en Estados Unidos para proteger a los que tienen problemas y… PUEDEN CONTRATARLES. Este tema siempre me llamó la atención, porque directamente te está diciendo que si la misma flota de taxis te hunde el negocio, pero no puedes contratar al Equipo A, te pueden dar por ahí. Para más alegría, los servicios públicos son tan malos que Murdock se escapa cuando quiere del hospital y Hannibal todos los capítulos se escapa del principal símbolo federal de Estados Unidos (el ejército).
La América que retrata Fargo (y la que retrataban el Equipo A o El Coche Fantástico) es una sociedad de individuos que se enfrentan a las cosas. Incluso aunque no haya cosas a las que enfrentarse (como plantea Ed Blumquist al final de la temporada). El concepto no es sólo que tienes que tener una ambición para crecer, sino que si no logras el éxito, no tendrás medios para protegerte porque lo que es de todos no es capaz de protegerte. Otra cosa es que se te quede la cara de Mike Milligan cuando te enteres que lo que espera de ti el crecimiento económico no es conquistar las praderas, sino optimizar el correo de la mafía… A fin de cuentas, lo más importante era la pasta.