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Política para seriéfilos

Las políticas públicas: la entrada en agenda. Entre la racionalidad, la chiripa y el lobby

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Un laboratorio de ideas políticas

Un laboratorio de ideas políticas

El siguiente post tiene varias razones para no ser leido: habla de la parte “aburrida” de la política, es decir, de lo que hacen los gobiernos. y tiene espoilers anticuados de El Ala Oeste y House of Cards y alguno más reciente de Veep.

Si hay algo que marca la realidad de la política, más allá de los discursos es lo que realmente hacen los gobiernos y lo que no. Los gobiernos tienen dos maneras de hacer las cosas: un poco apagando incendios (y aquí tienen poco margen programático) o  bien cambiando la sociedad a través de proyectos que plasman una idea concreta. Estos proyectos son lo que, a grandes rasgos, se llama Políticas Públicas. O sea que si queremos saber lo que de verdad quiere hacer un gobierno y lo que piensa, lo mejor es fijarse en sobre qué temas actúa (y sobre cuáles no) y de qué manera lo hace.En esto la tele también nos ha enseñado de manera muy gráfica los distintos modos arquetípicos para entenderlo.

Lo que son las políticas públicas:

Como decía, las políticas públicas son un conjunto de acciones dirigidas por los poderes públicos de tipo conformador y destinadas a cambiar la sociedad. ¿Es una política pública todo lo que hace el gobierno?

NEIN,

Para serlo tiene que:

  1. Dirigirla el gobierno: y digo dirigirla, no hacerla. Es decir, si el gobierno, por ejemplo, decide que la política de precios energéticos es mejor que lo fijen las grandes compañías y que ya si eso, ellos descansan, NO estamos hablando de una política pública. Como mucho, la política pública sería que el gobierno decide mirar para otro lado con cara de buho y dejar que cada uno haga lo que quiera.
  2. Tiene que ser conformadora: Es decir, que simplemente mandar los bomberos a desalojar una región inundada no es una política pública. Podemos pensar que, por ejemplo, cambiar la normativa para construcción de proyectos urbanísticos para evitar las inundaciones si, pero capear el temporal NO es una política pública.
  3. Coordina muchos recursos: Cambiar la sociedad es algo muy complicado. Tanto que hacer declaraciones, leyes o poner un funcionario a hacer cosas NO suele arreglar nada. Normalmente una política pública requiere leyes, programas que prevengan disfunciones o corrijan problemas, dotaciones de recursos, campañas de comunicación.
  4. Tiene que tratar de arreglar un problema: Esta es la auténtica madre del cordero. Una política pública entiende que algo no funciona bien, que se puede arreglar y que la acción del gobierno puede hacer algo. Por ejemplo, la caída de un meteorito que aniquile la población mundial con un 100% de posibilidades NO es objeto de una política pública, salvo que tengas a Bruce Willis (que es una política pública en si mismo). Por ejemplo, para los republicanos estadounidenses mas freaks el cambio climático es un proceso natural de la tierra sin causas humanas ni consecuencias graves y, por lo tanto, no es necesario hacer nada más que capear los distintois huracanes que arrasen Louisiana.

El ciclo de las políticas públicas

Las políticas públicas suelen entenderse como elementos cíclicos porque la acción pública es iterativa (intentamos hacer las cosas un poco mejor cada vez) y, bueno, asumimos que las cosas nunca estarán tan bien como para no ser necesarias. Habida cuenta de estas características entendemos que las políticas tienen un ciclo:

  • Entrada en agenda: es el momento en el que los p0deres públicos deciden que tienen que hacer algo.
  • Definición del problema: una vez que sabemos que algo va mal pensamos qué y cómo podemos resolverlo
  • Diseño de la política: se ponen en marcha las medidas para arreglar esa situación
  • Implementación de la política: se ejecutan todas esas medidas (y que sea lo que dios quiera)
  • Evaluación de la política: Vemos que es lo que ha pasado y, como posiblemente siga habiendo algo que hacer, volvemos a empezar (de ahí lo de ciclo).

Como somos ordenados, empezaremos por el principio, la entrada en agenda  los demás los veremos en otros posts.

La entrada en agenda

¿Por qué decide un gobierno meterse en un fregao concreto y no en otro? Este tema tiene un importante componente político que afecta a la concepción de la propia democracia. Normalmente un sistema democrático parte de la base de que un gobierno intentará actuar sobre los problemas más importantes y hacerlo bien porque así ganará más elecciones. Sin embargo, esta teoría, como sabe cualquier persona que no tengha la cabeza metida en un cubo, no es del todo del todo del todo cierta. Podríamos hacer un rankin de mejor a peor:

La racionalidad

En el mundo de unicornios políticos de Aaron Sorkin, el jefe de la manada es el presidente Bartlett. Encarnando el ideal más perfecto de la democracia, tenemos al tipo más listo posible (premio nobel de economía) tomando las mejores decisiones para el mundo por que sí (y punto). De esta manera, el presidente Bartlett (que me gusta tanto como a mis hijas los Osos Amorosos), analiza los problemas más importantes y los mete en la agenda dejando en calzoncillos intelectuales a la oposición. Para mi el momento de mayor éxito es cuando bajo su liderazgo propone una comisión interpartidos entre demócratas y republicanos para cambiar los pactos sociales de Estados Unidos: tiene crisis, tiene paro, y tiene pocas pensiones… para él nada es imposible, toma la decisión racional perfecta (incluso con la oposición de su partido que quiere todo el rédito de las reformas aunque menos consensuadas) y cambia el status quo americano de un golpe.  En este caso hay poco que decir (y poco morbo) hay un problema, hay un tipo listo y ahí que va él pese a quién le pese.

¿Por qué no mola? Porque nadie (ni siquiera Sorkin) lo sabe todo, lo puede saber todo y, en caso de que pudiera, nadie garantiza que lo hiciera a tiempo (como en La guía del Autoestopista Galáctico), ni que todo el mundo valore de la misma manera los problemas. A mi, por ejemplo, me puede parecer un problema que se de clase de religión en una escuela, y a un amigo mío puede parecerle un problema que no se de… Así que lo mejor a lo que podemos aspirar en el mundo real es que se busque un problema que afecta a más gente que al resto y de manera más grave y se actúe con la mejor intención posible.

La papelera

Un modelo un poco menos optimista es el de la papelera. En este caso partimos de que en verdad los responsables políticos tienen un montón de ideas apuntadas por ahí y, en un momento dado, cuando hay que meterse en harina, cogen la que mejor les parece. Volviendo al universo Sorkin, la medida estrella que lleva a Bartlett a la reelección es el programa para facilitar la educación universitaria a las clases medias. Si recuerdamos el origen de esta idea, se halla en una noche de copazos entre Toby y Josh que hablan con un señor que está bastante pedo y hasta los cojones de pagar la universidad de su hija. Lo normal en España sería un chiste de Lepe, pero hay gente que inspira… El caso es que ni tenían idea, ni preferencia (ni niños en edad de ir a la universidad), pero por pura potra reconocieron un buen tema  y, como trabajaban para el presidente, le liaron para que hiciera una política con el tema.

¿Por qué no mola? Básicamente porque hay buena suerte o mala suerte y no a todo el mundo le encuentra la inspiración cuando tiene ganas de trabajar. Pongamos, por ejemplo, los inicios del Ministerio de Vivienda con Zapatero (primera legislatura). Alguien le contó a la ministra (o responsable delegado) que tenía una idea cojonuda con unas zapatillas en el momento en el que estaban haciendo un sudoku o algo así… y llegaron las kely finder a nuestras vidas.

 

Los Lobbies.

Los lobbies son para los demócratas europeos algo así como los trolls de la política. Todos nos imaginamos que los lobbies son señores con traje que tienen un acceso privilegiado para mangonear intereses particulares ante los responsables políticos…. siempre que no consideremos que Greenpeace, Amnistía Internacional o Medicos Sin Fronteras forman parte también de los lobbies. Los lobbies lo que hacen, básicamente, es asumir que los políticos (y asesores) no puedene entender físicamente de todo (ni que fueran cuñaos)  y lo que hacen es exponerles puntos de vista de sectores definidos de la sociedad para que vean “el problema” desde su óptica. En el mundo del lobbie podemos tener señore pérfidos y malvados (incluso de coña, como el Jefe de Amy y Dan en Veep, que representa a la vez al lobbie de las armas y al del hormigón armado) o tipos más bien entrañables como Eli Gold en una campaña por que los lácteos destaquen en la pirámide alimenticia del gobierno. Es decir, tan lobbies son los señores de la tarifa eléctrica flexible, como el que quiere convencer al gobierno que sustituya la coca cola por leche en los comedores escolares de Estados Unidos.

Lobbistas unidos

Lobbistas unidos

Podemos decir que los lobbies explican y los gobiernos deciden que hacer.

¿Por qué no mola? Bueno, con la mala prensa que tienen, no hay mucho que decir que empeore su imagen. Por un lado, los lobbies en sitios como España son algo opaco como el pelazo del ministro Soria, y no sabe muy bien que hacen. Por otro lado, en la Europa de un hombre un voto, no acaba de estar bien visto que alguien, por tener medios de acercarse a un político, pueda convencerle de hacer tal o cual cosa… la cuestión es que si no estamos todos  y en condiciones más o menos similares, los lobbies dejan de ser un canal de diálogo para ser la consolidación de la casta (ahora mismo se me ha puesto cara de Monedero).

La oportunidad política

La oportunidad política tiene un aire de perversión de lo que es el primer modelo. Cuando un señor está en el gobierno y encuentra la ocasión de poder hacer algo que 1) joda a la oposición y 2) pueda gestionar alegremente, pues se mete en el asunto. En este campo quién más domina es el pérfido Underwood, que tiene en la segunda de House of  Cards la ocasión de cascarle a su rival político (el rival amigo del presidente) impidiendo que empresas extranjeras inviertan en centrales nucleares. En verdad a él ni le va ni le viene, ni el mundo parece que vaya a ser mejor (o sí, no conozco el tema), pero lo hace porque así coge ventaja. En otras ocasiones el tema puede ser más defensivo, como le pasa a la Vicepresidenta Meyer en la segunda de Veep, cuando para recuperar algo de protagonismo se transforma en la cara visible del programa contra la obesidad… En el mundo real la absoluta campeona de esta categoría ha sido Esperanza Aguirre, que aprovechó que gritaban a su primo en una obra de teatro para cascarle a los laícos de España (que, por lo visto, son minoritarios).

La que se le viene encima

La que se le viene encima

¿Por qué no mola? Bueno, no hay mucho que decir. en teoría a esta gente le pagamos para que nos arreglen los problemas, no para que se arreglen los suyos. En todo caso hay que tener en cuenta que los políticos no son marcianos y no se suelen meter en batallas a las que van a ir solos: una propuesta como la de Underwood en USA (y en España, si recordamos el edificante caso de Endesa y Gas Natural) sería muy apoyado por sectores nacionalistas y proteccionistas, la campaña contra la obesidad en EEUU está más que justificada, y en España es delito enseñar las tetas en un centro universitario si es en un espacio que se cede a una organización religiosa.

 

Autor: craselrau

doctor en ciencias políticas, friki, cocinillas y bloguero. Analista web y colaborador en todoseries.