Las últimas semanas la situación de los refugiados llegados a Europa ha ocupado una parte muy importante en la actualidad informativa. Desde las escenas dramáticas acerca de las muertes intentando llegar a Europa, como su hacinamiento en Hungría o las escenas de solidaridad han mostrado la faceta más humana de un fenómeno de proporciones poco imaginables para cualquier persona de Europa occidental. En muchos casos, se ha tratado (incluso por parte del gobierno español) de unificar el problema de la inmigración con el de los refugiados. Sin embargo, pese a que las dos figuras tienen un componente dramático, no pueden ser comparables, ni en sus causas, ni en su tratamiento humano. ¿Cómo podemos entender esto desde las series de televisión?
Las personas sin refugio
Uno de los temas básicos de la sociedad contemporánea (básicamente desde el renacimiento para acá) es que aunque en términos nacionales podemos considerarnos individuos titulares de derechos, estos solo se realizan en los términos de que un Estado pueda responder de ellos. Es decir, una persona puede tener derecho a que no la maten, poder trabajar (o intentarlo), tener un sitio donde dormir (o intentarlo), etc… pero siempre (o casi siempre) estos derechos se pueden realizar en un Estado. De esta manera, las personas pueden reclamar a alguien más o menos próximo (que, deseablemente han colaborado a elegir) que cumpla sus derechos. Pero y ¿si no?
Pongamos un ejemplo: su país se encuentra invadido, o en guerra civil. La situación es lo bastante complicada como para que el Estado no pueda garantizar su seguridad en su territorio. No hablo de, por ejemplo, si hay bombardeos por una potencia hostil, estilo Londres 1940, no pueda evitarlos: hay hospitales, hay zonas que no se atacan directamente, hay frentes definidos etc. No hay ningún sitio en su país en el que estas personas puedan estar seguras. En Legend of Korra: en la cuarta temporada, tras lo ocurrido en la precedente, el Reino de la Tierra ha dejado de tener un Estado. No hay estructuras, no hay policía ni ejército. En estas condiciones los campesinos son víctimas del saqueo, o de la extorsión por parte de bandas de foragidos.
Puede ocurrir, por otro lado, que tu país directamente se desentienda de tí y te eche o no garantice tu seguridad. El ejemplo más claro lo tenemos en la lamentable II Guerra Mundial, en la que Alemania, por ejemplo, quitó la nacionalidad a los Judíos, o España se desentendió de proteger los derechos de los refugiados de la Guerra Civil cuando fueron enviados a campos de concentración. Como pudimos ver en Hermanos de Sangre cuando encuentran el campo de Concentración esa gente no sólo estaba siendo exterminada, es que podían serlo impunemente porque nadie, absolutamente nadie, iba a reclamar su existencia. En teoría desde entonces está prohibido quitar la nacionalidad a alguien (más bien hacerlo cuando no tiene otra, convertirle en apátrida), pero como todo en el derecho internacional, su aplicación es, como poco, relativa.
La demolición de la sociedad.
Los refugiados son personas que básicamente forma parte de una sociedad absolutamente desestructurada e incapaz de proteger su integridad física. Dicho de otro modo, cuando hemos hablado de la importancia del Estado a la hora de mantener esa cohesión social, en el caso de los refugiados, o bien el Estado no está, o bien no es capaz de proteger a sus ciudadanos (cuando no es directamente el que les amenaza).
Pongamos un ejemplo que se sales un poco de las series de televisión. En el cuarto volumen de Canción de Hielo y Fuego, Brienne de Tarth se dedica a dar vueltas por un Poniente desolado por la guerra en busca de Sansa Stark. Esta trama, muy abreviada en la versión televisiva (y que si se hubiera preservado posiblemente se acusara de aburrida y de relleno), retrata de manera bastante clara la brutalidad de un mundo desolado por la guerra. Ciertamente en la serie hemos visto algunos destellos de esta situación, como por ejemplo los diversos abusos de El Perro en su viaje junso a Arya, pero muy de lejos. La cuestión es que la guerra, la desaparición de los Stark, y la desarticulación de los ejércitos hace que haya una cantidad enorme de gente armada pululando por ahí, con una cantidad más grande de personas sin medios para protegerse y con muy poca comida que repartir. Los resultados de esta suma suelen ser los mismos: asesinatos, saqueos, violaciones, epidemias…. siempre diezmando especialmente a los sectores más desprotegidos. En este caso, lo normal es que estas víctimas se vayan a buscar un lugar donde, a ser posible, no les maten. En el caso de Canción de Hielo y fuego esos refugiados nutren a los Gorriones que acaban en Desembarco del Rey. Porque, a fin de cuentas, nadie deja su casa, su vida, su familia y sus amigos si no teme (y mucho) por su vida. Ya no estamos hablando de venirse a buscar un futuro mejor, se trata de buscar un futuro (punto) sin que te peguen un tiro en el cogote.
¿Y entonces que hacer con los refugiados?
Gestionar una crisis de refugiados nunca es fácil por dos motivos principales: suelen venir en enormes cantidades y no es moral, ni ética, ni humanamente aceptable devolverlos (como si hace europa con los inmigrantes). De esta manera, lo más común suele ser gestionar la situación como mejor se puede (que no siempre es bien). En Urgencias pudimos ver en su 12 temporada la vida en un campo de refugiados (en Darfur, una de los más tristemente conocidas por la materia), la precariedad de la gestión y como, pese a todo, no se puede garantizar la seguridad de posibles ataques.
Más recientemente en España, la serie Refugiados trataba una premisa similar (un poco más complicada con el tema temporal y que, confieso, no he acabado de ver), pero que demuestra, lamentablemente, la actitud en muchos países (y de muchos gobiernos, incluida españa) de desatención a estas víctimas.
Pero, ¿por qué es importante atender a los refugiados? Basicamente porque entendemos que hay una serie de derechos que consideramos universales y que deben preservarse especialmente con los más dábiles. Incluso aunque no exista un país que defienda esos derechos, o si ese país es el mismo que los ataca, en cualquier lugar del mundo las victimas de algo tan horrible como la guerra o la violencia van a ser protegidos en lo más esencial de su persona (su vida) por las personas y las instituciones que si están en condiciones de protegerles: simplemente por el hecho de ser humanos.