El festival de series de Paris, SeriesMania ha sido el primer evento que en mi vida he cubierto como prensa gracias a este blog. Esto me ha permitido ir a (casi) todo lo que quería y tener acceso al bar profesional. El festival me ha permitido, sobre todo asistir a 4 horas de conferencias de Matthew Weiner, a dos horas de conferencia de Hagai Levi (The Affair) ver algún estreno y darle alguna oportunidad a series que ya llevan tiempo por ahí pero a las que no les había dado todavía una oportunidad. De todo esto os hablo un poco y me lleva a reflexionar acerca de cómo afecta todo el jaleo de internet a este tipo de eventos.
Todas las conferencias del festival se pueden ver en su página.
Matthew Weiner: la vergüenza y el detalle
Lo que más me interesaba del festival era Matthew Weiner que aprovechaba para pasear por Paris y, de paso, dar dos conferencias. En la primera, Inside Mad Men, tras la emisión de In Care Of (último capítulo de la sexta temporada) habló de la realización de la serie, su perspectiva sobre ella y algún cotilleo. Weiner comenta que la serie es un lujo porque le ha permitido hacer todo lo que escribía realidad… y sólo lo que escribía. Todas esas historias de su autoritarismo en los rodajes son ciertas: dice que, aunque admira la improvisación y la ve necesaria, entiende que el uso de todos los detalles (incluido el lenguaje corporal) están al servicio de la historia que él tiene en mente. Esto incluye la anecdota de que cuando John Hamm dijo que nunca diría una frase, Weiner le dijo que sí, “porque la he escrito yo”. A parte de esta “salsa rosa”, estuvo comentando lo que admira el trabajo de sus técnicos (Especialmente del editor y del responsable de fotografía) y de cómo gracias a su trabajo y al cuidado del detalle de todo el equipo la serie es capaz de transmitir al público lo que él desea que el público reciba.
Comentaba que, ahora que ha terminado la serie, para él la renovación aproximadamente cuando rodaban el mítico The Suitcase supuso la oportunidad de convertir ese capítulo en el ecuador de la serie desde donde se iniciaría el final. En cuanto a los personajes, comentaba que Don Drapper es una persona atormentada por la vergüenza y que eso, de una manera o de otra, acarrea todos los problemas que tiene y que lleva consigo. En todo caso, entiende que toda la barrena que supuso la sexta temporada suponía pasos hacia adelante del protagonista que asume su alcoholismo y su auténtica historia, llegando a la última escena que, según comenta, era lo primero que pensaron de esa temporada que se construyó para llegar a ese momento. Confesó que el papel de Sally es aportar la perspectiva del público y que, por eso, la mirada entre ella y Don en esa última escena (dice que “muchos hijos pierden a sus padres sin tener una igual en su vida”), es el principio del sinceramiento de Don con el público. También comentó que Bob Benson es ese tipo de persona sociópata que sabes que es un sociópata pero siempre te lleva ventaja, y que todos encontramos en la vida real (en el trabajo normalmente). En todo caso, comentaba que Benson era un personaje de apoyo para la trama de Peter Campbell para la temporada y que su intérprete hizo que el propio público sobreexpusiera a un personaje que era de apoyo (cosas de Internet). Finalmente aprovechó para comentar el papel de las mujeres como el centro de poder en la serie, de cómo consiguen afianzarse en una posición de la que hombres atormentados por sus complejos y vergüenzas dejan de lado.
La segunda conferencia fue una revisión de 9 escenas que representan para Weiner las principales influencias en su manera de hacer TV. Incluía películas de Bertolucci, Kiezlowsky o Linch (la única película de todas las que puso que había visto era Terciopelo Azul). Aquí contaba su concepción de cómo ha avanzado la visualización de las historias y cómo se utiliza para transmitir emociones al público. A parte de todo ello, aprovechó para criticar a AMC y a las cadenas americanas, en las que literalmente “puedes ver a un hombre haciendo metanfetamina, pero no puedo sacar a Peggy fumando un porro”.
Hagai Levi: Una serie de la que no siempre estuve seguro
La segunda conferencia estelar fue de Hagai Levi, creador de The Affair, tras la emisión de los dos primeros episodios de la serie. En esta conferencia Levi cuenta como la idea era hacer una anatomía de un adulterio eliminando jucios morales que son específicamente severos con las mujeres como “mujeres fatales”. Para ello dice que él y Sarah Treem pensaron en una serie con sólo dos personajes. El hecho de que vendieran la serie directamente a USA hizo este planteamiento inabarcable, así que de ahi empezaron a meter al resto de la familia. En todo caso, según cuenta Levi, la elaboración de la historia fue por separado: él hizo la parte de Noah y Treem la de Allison, y solo se la intercambiaron cuando estaba definida la historia (y digo la historia, porque el propio Levi dice que él no hace los diálogos).
De la evolución de la serie comenta que ellos planteaban que no hubiera sexo hasta el cuarto episodio, lo que rechazaron de plano en la cadena: por eso se centraron en el sexo de los matrimonios legítimos. En todo caso, dice Levi que a lo largo de la creación de la serie hubo muchos momentos en los que se sintió un poco alejado de su idea original y que quizá sería mejor dejar el show solo en manos de Treem, pero que, finalmente, está muy orgulloso de lo que ha sido la serie como resultado (lo que no quita que esté trabajando en otros proyectos). Anticipó que en la siguiente temporada habría más voces que las de Noah y Allison.
Le Bureau des Legendes: espías franceses con muy buena pinta
La única serie que pude ver de preestreno fue la francesa Le bureau des legéndes (el despacho de las leyendas), serie basada en el servicio secreto francés. Podríamos decir que los servicios secretos franceses son casi tan chungos como los estadounidenses (pero más en pequeño) y que están muy centrados en África y Oriente Medio (zonas más que calientes en la actualidad). La historia trata del retorno de agentes infiltrados, de su preparación para infiltrarse y de cómo funciona la dirección de una agencia de este tipo. Digamos que es un poco la trastienda de The Americans o un cómo se hizo. Como crear una historia falsa, como enseñarles idiomas, a infiltrarse, etc…. un punto de vista interesante que, al menos con dos capítulos vistos, parece bastante realista. LA cuestión es que las tramsas de despacho no son especialmente trepidantes (o al menos no a simple vista), pero, desde luego, cuando entras en los detalles (y uno lo logra en el segundo capítulo), es una serie que apunta muy buenas maneras.
La serie fue presentada por su creador, productores y su plantel de actores (donde destaca Matthew Kassowitz) que están realizando la primera “serie evento” (nada que ver con las temporadas aisladas como la de 24: live another day, sino por su importancia) que se produce con un Showrunner oficial y que pretende hacer una temporada por año (normalmente en Francia, este tipo de series se hace cada dos años, como Les Revenants, Engrenages o Braquo). Si tenéis ocasión, vedla.
La mujer policía
El festival estuvo este año dedicado a las mujeres y al punto de vista femenino en las series (tema que me interesa especialmente). Lamentablemente solo pude ir a la conferencia acerca del rol de las mujeres policía, pero que resulto muy interesante. En dicha conferencia se hacía un análisis acerca de los clichés sobre los que se construye la mujer policía en cuanto a su posición en el cuerpo, sus conflictos emocionales, su relación con sus compañeros o la exposición de su vida personal frente a los policías varones. Abordaban también el cliché de la policía “marimacho” que es más viril, valiente y aguerrida que el policía varon (estilo GI-Jane). En resumen, podríamos decir que la posición de la mujer policía todavía está muy marcada por la perspectiva de una mujer más “emocional” y de una intimidad más visible que la de los varones. Esto no significa tanto que haya que eliminar eso, sino que, en muchos casos, sería interesante “feminizar” la naturaleza del policía varón.
Impresión General
La impresión general que me ha dejado el festival ha sido más buena. He podido ver un par de series que me interesaban y aún no había visto: Bosch (buena, pero en los dos capítulos podías ir de cliché a cliché sin tocar el suelo), y Bloodline (demasiado aburrido y con personajes demasiado insoportables). El único estreno americano real (no emitido nunca) fue Wayward Pines, pero era por invitación y mi acreditación de prensa aún no llega. El hecho de que presentaran como estreno Daredevil, Powers, o, aún más llamativo The Affair, hace que la apuesta internacional sea desde luego floja. Esto iba a más cuando, por ejemplo Matt Weiner no decía nada de las séptima de Mad Men (lo único que dijo, es que merece la pena verla de un tirón sin el parón entre las dos partes), o que Hagai Levi no dijera nada de The Affair casi 5 meses después de que no pudieramos hablar de nada más allá de los dos primeros capítulos.
Por otro lado, en el plano francés si que ha habido estrenos interesantes aún no emitidos, como Le bureau des Légendes, La vie devant elles o Disparue. Supongo que esto se debe a que en Francia siguen un calendario de estrenos como el español y hay dos etapas importantes de estreno de series: Octubre y Abril. Es decir, la selección de fechas se hace para el calendario francés y se respeta el ritmo de emisión de las series en Francia, incluso cuando son internacionales (clausurar el festival con Mozart in the Jungle, 4 meses después de su estreno íntegro es un fallo). Esto creo que influye en el Palmarés, donde en el plano internacional ganó Olive Ketteridge (posiblemente la única serie que se vió entera)
En resumen, una experienca, ves un montón de gente que no verías de otra manera pero, lamentablemente, no puedes aprovechar al máximo por una localizacón de la difusión que no tiene sentido hoy.