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El desmoronamiento del todo: Superheroes y crisis económica

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Superman en su primer comic

Superman en su primer comic

Cuando hay una crisis económica (y esta es de las muy gordas), en el imaginario colectivo hay una especie de ley de Godwin que nos recuerda la relación entre la crisis del 29, Hitler y la II Guerra Mundial. Sin embargo, pocas veces (y desde luego, casi ninguna fuera de los círculos más frikis) se habla de la influencia de la misma crisis en el nacimiento de Superman como decano del mundo de los superheroes. De hecho, la figura de los superheroes ha estado vinculada a las crisis económicas, y si lo pensamos un poco, en una crisis histórica como esta, nos encontramos con superheroes hasta en la sopa. Márvel lanza sus planes para conquistar el mundo del cine a 5 años vista, DC lanza sus propias directivas (menos cerradas) a tres años, y latelevisión… para qué hablar: Flash y Arrow lo petan en CW, aunque Agents of SHIELD y Agent Carter no estén arrasando, sobreviven con dignidad, igual que el agente Gordon de Gotham… y ahora viene la riada de series de Netflix con nada menos que seis proyectos a la vez. ¿Coincidencia? No lo creo.

La ficción ha llevado las inquietudes, miedos y emociones de la gente a planos imaginarios que retratan similitudes con lo que viven. No es tanto un plan maquiavélico de condicionar el comportamiento de las personas con alegres metáforas, sino la capacidad de sublimar las inquietudes de cada uno a través de la identificación con distintos parámetros equivalentes con su experiencia. Dicho de otro modo, uno no espera encontrarse zombies por la calle, ni aprovecha que haya una crisis de individualidad en la sociedad para ver pelis de zombies, pero cuando se encuentra agobiado y fuera de los circuitos del consumo de masas, se siente más identificado con Rick de The Walking Dead que cuando le preocupa el terrorismo internacional.

En términos generales podríamos decir que esto ha sido así siempre, y en los géneros de la cultura popular moderna es más visible. Por ejemplo, las películas y series sobre extraterrestres e invasiones (muchos de ellos camuflados y viviendo “entre nosotros”) se corresponden con los años más locos de la guerra fría y la caza de brujas. La llegada del amor libre, el entendimiento entre los pueblos y el deseo de la paz mundial trajo de la mano Star Trek con su primer beso interracial, y una nave de un gobierno único de la tierra que viaja para investigar en son de paz. Cuando la sociedad de masas y el fordismo invitaban al consumo masivo para encontrar la felicidad en occidente, George Romero lanzó El amanecer de los muertos, en los que alguien huye de una sociedad atontada y zombificada que trata de convertirnos en ellos. Cuando consideramos en los 80, en plena revolución conservadora, que el Estado era basura para hacer nada, El Coche Fantástico y El Equipo A nos enseñaron que privatizar la seguridad personal era mucho mejor que contar con la policía.  Todos estos fenómenos encontraron una gran acogida en el mundo que les rodeaba no porque fueran conscientes de este paralelismo, sino porque el enfoque que se daba a estas historias les identifica con sus inquietudes.

Por qué los superheroes

Pero, por qué los superheroes son tan válidos para las crisis económicas.

  • el desmoronamiento del todo: Cuando llega una crisis el problema no es el dinero en sí, sino que todo a lo que hemos cedido nuestra libertad a cambio de seguridad (AKA el Estado) ha fallado. Nuestras estructuras de protección se han ido al garete, y, la verdad es que es muy difícil ser imaginativo a escalas tan complejas como la economía mundial.
    Vengo a salvaros, que vosotros no sabéis

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    Estamos, como quien dice, desnudos en mitad de una ventisca y lo único que podemos pensar es en comprarnos el abrigo que más nos pueda proteger. Este es el caso de Superman, alguien que tiene los medios para protegernos de todo, es invencible, indestructible y defiende la justicia… tanto es así, que es de fuera de este mundo. No necesitamos ni imaginárnoslo: ya lo ha hecho Krypton por nosotros. Eso sí, esto nos plantea una relación entre humano y superhombre alienígena que tocó brillantemente Tarantino en Kill Bill 

  • La unión hace la fuerza: Sin embargo, no sólo se trata de encontrar a alguien lo bastante fuerte, sino de que todos aquellos con medios y fuerzas para protegernos se conjuran para evitar la muerte de los inocentes (es decir, nosotros mismos). Un ejemplo claro es el de Los Vengadores en cualquiera de sus versiones: gente con talentos especiales con sus diferencias unidas para protegernos de todo aquello que nos puede hacer daño. Dicho de
    Los Vengadores viendo la quiebra de Lehman Brothers

    Habéis visto lo de Lehman-Brothers

    otro modo “no te preguntes que puede hacer tu país por ti…”, y si tienes algo que ofrecer para proteger a todos, alístate.

  • El vigilante: Pero si hay un problema más bien visible de las crisis que lo diferencia de situaciones económicas menos graves, es la sensación de impunidad que te da ver a quienes han abusado de las normas. Digamos que todos pensamos que no hemos tenido que ver con la situación actual, pero que vemos claramente como que los más responsables van a quedarse tranquilamente disfrutando del dinero afanado que a todos nos falta. Aquí es donde entra el auténitico alivio de los superheroes: protegen al pobre de quién está por encima de la Ley. Es decir, el superheroe casi perfecto para las crisis es Batman: una persona en un mundo absolutamente corrupto que podría tomar cualquier decisión, o sumarse a la corrupción, pero se dedica a detener a aquellos que quedan impunes porque son e propio poder. Además, es más mono
    Bane: El candidato de Podemos para Gotham City, según La Razón

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    porque resulta que él mismo es rico a rabiar. Posiblemente Daredevil sea un personaje más creíble, pero es mucho menos molón, en parte porque, que un tipo que vive en un barrio pobre, luche contra los ricos tampoco es tan extraordinario.

Pero esto no es todo.

Es decir, los superheroes, en situaciones de crisis nos gustan porque pensamos en lo bien que estaríamos protegidos, especialmente de aquellos que han abusado impunemente de nosotros y que, encima, podemos trabajar juntos para evitar sus daños. Ideas bien bonitas que nos interesan más cuando estamos en una situación tan delicada.

Eso sí, no se trata del único enfoque alegórico (y brillante) del mundo comiquero. Por ejemplo, los X-men son toda una metáfora acerca de la integración racial, la lucha de los derechos civiles y la actitud de la minoría para defenderse de la discriminación, bien sea de manera constructiva (profesor X-Martin Luther King) o bien de manera destructiva (Magneto- Malcolm X). O, por ejemplo, la Civil War de Los Vengadores trata a la perfección los dilemas sobre libertad y privacidad que surgieron a raíz de los atentados del 11-S y de la Patriot Act  (este post de Amadeo Maturo es realmente brillante sobre el tema).

Por otro lado, el brillante trabajo de Alan Moore en Watchmen nos presenta, precisamente, la otra cara de la moneda: olvidar nuestra responsabilidad individual y confiar en personas por encima de nosotros para mantener nuestro orden y seguridad, deja nuestra libertad a merced de los deseos del vigilante.

 

En fin, digamos que todos somos Homer y, cuando llega la crisis, nos acogemos a su oración fundamental:

Normalmente no rezo, pero si estás ahí­, por favor, sálvame Superman.

Esta claro que temas hay, peliculas y personajes hay, pero, ¿habrá crisis hasta 2020 para que disney Marvel se salgan con la suya?

 

 

Autor: craselrau

doctor en ciencias políticas, friki, cocinillas y bloguero. Analista web y colaborador en todoseries.