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The Affair, amor romántico y genero

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Aqui un cortejo de los de antes

Ruth Wilson as Alison and Dominic West as Noah in The Affair (season 1, episode 1). – Photo: Craig Blankenhorn/SHOWTIME – Photo ID: TheAffair_101_1129

El presente post incluye spoilers acerca de la primera temporada de The Affair. No es muy nueva, pero no todo el mundo la ha visto.

The Affair fue una de las series que levantaron más interés y entusiasmo el año pasado.Una propuesta basada en los relatos paralelos sobre una misma relación vista desde diferentes puntos de vista (los de dos amantes), y las interpretaciones de Ruth Wilson y Dominic West dieron lugar a un cierto  hype (no mucho, pero si algó) que llevó a la serie a triunfar en los Globos de Oro. Ciertamente las diferencias de relato (que se iniciaba con diferencias de detalles hasta culminar con historias realmente diferentes en su final de temporada) aportaba a una relación amorosa un enfoque interesante. Sin embargo, lo que me resulta más interesante de la serie no es tanto lo que cuenta sino lo que dice de cómo se construyen los estereotipos románticos occidentales. ¿Qué aprendemos de lo que nos han enseñado de las relaciones en The Affair?

Hagai Levi (uno de los productores ejecutivos y creadores de la serie), decía que él y su compañera (Sarah Treem) tenían una idea general de la historia y que Sarah y él escribieron separadamente las partes de Noah (Hagai)  y Alison (Sarah) y que sólo al final pusieron en comun las historias y limaron las principales diferencias. Esto ha hecho que, conscientemente o no, manejen no solo puntos de vista diferentes de manera clara, sino que recopilen los estereotipos del amor romántico y que, además lo hagan a lo largo del tiempo.

El punto de partida: el deber ser y el matrimonio.

En el punto de partida nuestros protagonistas están casados (más o menos felizmente). Inicialmente Noah tiene una relación estupenda con su mujer Helen (Maura Tiernei): se quieren, tienen unos hijos más o menos normales, el tiene un trabajo alimentario mientras escribe, etc. Sin embargo, conforme avanzamos en la trama vemos que Noah no está a gusto con la familia de Helen: su padre, escritor de éxito y rico menoscaba en parte su papel de Male Breadwinner. No sólo no es el que provée en su casa, sino que, además, en su oficio su suegro tiene más éxito que él. Si fuera una  manada de leones sería un macho omega y, a lo largo de la temporada vemos como esto le pesa más de lo que él quisiera.

Para Alison el punto de partida no es tan idilico. La reciente muerte de su hijo hace que ella su matrimonio pase por una crisis en la que ella acusa a su marido Cole (Joshua Jackson) de pasar página muy rápido y, a la vez, se siente responsable de no haber hecho lo bastante para proteger a su hijo, más teniendo en cuenta que es enfermera. Dicho de otro modo, el papel de Female Housekeeper está absolutamente en tela de juicio, pese a que la familia de él parezca no pensarlo, este sentimiento aflora en el tramo final de la temporada, cuando su suegra la acusa abiertamente de ello.

La cuestión es que, pese a que aparentemente los matrimonios podrían ser felices, el punto de partida menos evidente, es que ambos son infelices en aspectos directamente relacionados con los roles de género en la familia occidental, y es, en parte la justificación “racional” del adulterio.

Ay si voy, con lo que te doy,.

Ay si voy, con lo que te doy,.

El enamoramiento y la pasión

Y digo la justificación racional porque los tres primeros capítulos de la temporada se basan en la pasión y la tensión sexual entre Alison y Noah. Esto podría ser interesante, pero lo que es realmente esclarecedor de toda esta historia es cómo se retrata esa “excitación” en los ojos del otro.

En el punto de vista de Noah, Alison es una chica que le va provocando con indirectas, miradas, ropa provocativa... vamos, lo que en el más elegante español, diríamos una “calienta”. Sin embargo él se ve a si mismo como alguien que trata de evitar sus tretas de “vampiresa” y que sólo se aproxima a ella cuando intuye que hay malos tratos. En resumen, el no quería “follarse” a esa “vampiresa”, pero resulta que no sólo es que ella lo va buscando, sino que además tiene que “protegerla” porque su marido la maltrata. El “santo varón” solo cae en la tentación por hacer el bien.

En el caso de Alison, ella se ve como una recatada mujer (ropa mucho menos provotativa) en la que un tipo bastante baboso (Noah en su primer episodio parece directamente un buitre salido en una discoteca) con el que simplemente es cortés. Ella “cae en sus redes” cuando, después de mucho insistir y ver lo “infeliz” que es él en su familia, decide hacer el amor con él. Utilizo términos muy diferentes porque la manera en la que plantean su primer encuentro sexual es muy distinto de la “tensión sexual casi animal” que ve él  a una especie de momento presioso e idílico que ve ella.

La consolidación: roles de pareja.

Una vez que tienen sexo (Hagai Levi decía que no quería nada de sexo hasta casi el final de la temporada, pero que le presionaron para que lo hubiera desde el primer capítulo), la relación evoluciona. Pese a que los dos se ven a sí mismos como personas que intentan hacer lo correcto para mantenerse fieles a su matrimonio, la relación sigue adelante.

A mitad de la temporada la serie hace un interesante cambio en la percepción que los protagonistas tienen del otro. Por un lado, Noah empieza a ver a Alison menos “calienta” y mucho más frágil y vulnerable a la que proteger. La trama de las drogas de su marido, su situación de infelicidad y su drama al perder a su hijo permite a Noah posicionarse, esta vez si, como el auténtico macho alfa: protector de su pareja que está en un peligro real y que no puede protegerse.

PAra Alison, Noah deja esa cara de baboso (directamente sería inexplicable una relación con alguien con esa cara), para encontrar a un hombre tierno y bueno, dedicado y detallista, que no es feliz del todo en su matrimonio. Ella le puede hacer feliz y él se merece ser feliz porque es bueno y es comprensivo con ella (a parte de que no vende drogas, que claro ayuda).

A lo largo de esta etapa vemos como esa relación “pasional” pasa a una relación de protección y cariño, en la que se están ofreciendo una vida mejor basada, curiosamente, en roles de género bastante estáticos. Me pregunto si sería posible que si la familia política de Noah no fgueran millonarios, o la de Alison narcotraficantes, sería una pasión tan “irrefrenable”.  (

La catarsis: di si al amor verdadero.

Después de asumir su infidelidad Noah decide dejar a su mujer y vivir a lo Alfredo Landa, ligando por doquier. Luego su (pobre) mujer le suplica que vuelva porque no puede vivir sin él... y el lo hace, pese a que no es feliz, porque es lo que debe de hacer. En el caso de Alison, ella intenta sacar adelante su matrimonio, eso si, enderezando a su marido.

Sin embargo  nada de eso funciona, y ellos, pese a todo, no pueden evitar decir si al amor y conseguir ser, por fin, Male Breadwinner y ella madre no reprochable. Todo esto con una escena final que no es puedo analizar porque directamente creo que ni siquiera Sarah Treem sabe qué pasó realmente, pero que acaba a los dos amantes con una familia nuclear perfecta, por lo que el conflicto tendrá que venir por otro lado (el asesinato del “cuñao” de ella).

En resumen, The Affair es una serie que basa su discurso narrativo en los estereotipos de género más rancios posibles (camuflados de pasión y esas cosas). La auténtica duda que tengo es hasta qué punto tanto el posicionamiento de los personajes, como sus motivaciones son en verdad una justificación de la historia (lo que lo convertiría en algo directamente carca), o que trata de coger un discurso consolidado y darle una vuelta explicando sus dos puntos de vista (lo que expondría en bruto el discurso carca-machista del amor romántico más generalizado), por lo que sería algo más que interesante. Supongo que tendremos más idea de ello en esta segunda temporada con más personajes para hacernos a la idea.

Autor: craselrau

doctor en ciencias políticas, friki, cocinillas y bloguero. Analista web y colaborador en todoseries.